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Artículo: La realidad de nuestros adultos mayores en Chile.


Desde nuestro nacimiento, el cuerpo comienza el proceso de envejecimiento el cual se caracteriza por ser universal, continuo, irreversible y hasta el momento, inevitable.

Nuestro mundo desde hace unas décadas, y gracias a los avances en salud, se ha visto enfrentado al aumento de la esperanza de vida y el progresivo envejecimiento de la población. Asimismo, los adultos mayores son cada día más longevos comparado a décadas atrás, lo que se ve reflejado en el aumento de las personas mayores a 80 años. Una situación que muchas veces conlleva al riesgo del aumento de las enfermedades crónicas, alteraciones sensoriales, discapacidad funcional y aislamiento social, los que predisponen también a enfermedades sicológicas. Resultado de esto, provoca hábitos alimentarios inadecuados con el consiguiente desequilibrio entre los nutrientes que requieren y los que consumen, aumentando los efectos de patologías que están sufriendo y estimulando a desequilibrios del sistema inmunitario, posible malnutrición, ya sea por déficit o exceso.

Lamentablemente este proceso se ve agravado por el cambio de la conformación de la familia en estos días, desde familias muy extensas en las cuales los adultos mayores continuaban siendo parte de ellas y el centro de esta comunidad, a familias pequeñas conformadas solo por padres e hijos separados de sus adultos mayores. Aspecto que implica muchas veces soledad en la persona mayor y el valerse por sí solos en aspectos domésticos, económicos, legales y otros.

Por lo anterior el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), llama a la sociedad chilena a respetar los derechos de las personas mayores, su autonomía e impulsar su participación social durante el mes de junio, cuando se conmemora el Mes del Buen Trato a las Personas Mayores.

Entre estos derechos destaca la alimentación, la cual debe ser: variada, equilibrada, segura, higiénica, accesible, económica, brindada en un entorno digno. En el caso del adulto mayor la adecuada alimentación que otorgue los requerimientos nutricionales, es una de las variables que favorece la mejor calidad de vida en todo sentido previniendo patologías o disminuyendo el impacto de las que ya están presentes, y debe de estar adaptada a los hábitos alimentarios de éste.

En conclusión, que un adulto mayor esté inserto en un clima de acogida y escucha, alimentación adecuada, motivado a realizar actividad física y participar en su comunidad, es fomentar un estilo de vida saludable y con ello una mejor calidad de vida para la persona mayor. No solo brindemos más años de vida, sino vida de calidad y dignidad.


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