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La informática y el adulto mayor


Como usuarios de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), los adultos mayores tienen necesidades y demandas similares a las de las personas de otras edades, es decir, requieren tecnología útil, funcional, fácil de manejar y significativa. Su acceso a ésta sigue las mismas reglas que en los otros grupos, como su poder adquisitivo o capacidad de manejo, entre otras. Según las estadísticas mundiales, la mayoría de usuarios de computadoras y de Internet oscila entre los 6 y 20 años de edad y nació en la era de las telecomunicaciones; por el contrario, los usuarios mayores de 60 años son minoría; no obstante, cada vez son más, lo que ayuda a disipar el estereotipo occidental hacia este grupo poblacional ya que demuestra su capacidad para continuar aprendiendo y adaptándose al envejecimiento.

¿Quiénes usan la computadora y la Internet en la tercera edad?

El adulto mayor, usuario de computadora o de Internet posee algunas características diferentes con respecto a los usuarios de los otros grupos poblacionales, pues suele ser una persona que aprendió su empleo en forma autodidacta, tiene ingresos económicos anuales más altos, posee una mayor funcionalidad en las actividades de la vida diaria y un mayor nivel educativo, y el porcentaje de usuarios varones de esta edad es más grande que el de mujeres. Pero gran parte de los individuos que componen este grupo etáreo no disfruta los beneficios que ofrece la informática. México no ha sido ajeno a este fenómeno. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) reporta que en el uso de la computadora predomina la población joven; en julio de 2005 el 80.1 por ciento de los usuarios mexicanos de computadora tenía menos de 35 años; de estos, los de entre 12 y 17 años de edad componían el 29.6 por ciento, en tanto que los mayores de 55 años apenas representaban el 2.3 por ciento del total de usuarios. En lo que respecta a la edad de los cibernautas mexicanos, nuevamente es la población joven la que predomina: más de la mitad de ellos tiene entre 12 y 24 años, los mayores de 34 años constituyen una quinta parte, y en el caso de los menores, aquellos cuya edad va de los 6 a los 11 años apenas son el 6.3 por ciento. Estas estadísticas se generan desde el año 2001; a la fecha, existe una clara tendencia de incremento en el número de usuarios de computadora entre los diversos grupos de edad. El de los mayores de 55 años no es ajeno a este hecho, aunque su aumento ha pasado gradualmente de 0.2 a 0.9 puntos porcentuales. En relación con los usuarios de Internet de este grupo de edad, de 2001 a 2004 la proporción de adultos mayores de 55 años que la usaban fue casi la misma, y fue a partir de esos años cuando creció de forma considerable.

¿Por qué aprender el uso de la computadora e Internet en la tercera edad?

Al igual que en otros sectores de la población, la computadora es una herramienta que les ofrece a los adultos mayores enormes beneficios como medio de interacción social y cultural, entretenimiento, actividad laboral y formación, entre otros. Hay evidencias de que existe un efecto negativo del empleo de computadoras y de Internet en el bienestar psicológico de niños, adolescentes y adultos jóvenes que contradicen los beneficios que proporcionan a los adultos mayores. Basta mencionar que con estas herramientas no importa el espacio físico ni el tiempo, por lo que el adulto mayor se puede relacionar, informarse, comprar, vender, realizar trámites y llevar a cabo otras actividades a pesar de tener algún tipo de incapacidad que le impida el movimiento. Con la computadora, tampoco son problemas la distancia, los horarios, los cambios climáticos ni otros inconvenientes que son resultado de su edad.

Estas tecnologías permiten a los ancianos aumentar y mejorar su desarrollo individual y social, así como optimizar su calidad de vida desde los puntos de vista técnico, económico, político y cultural. Mente sana en cuerpo sano, y por lo tanto las actividades intelectuales apoyan y aumentan la autonomía en la edad avanzada, por lo que se consideran un factor protector contra una vejez decadente. Las aplicaciones de Internet, como el correo electrónico y el acceso en línea a recursos de información, les proporcionan ventajas particulares, pues el dominio de estas habilidades aumenta su nivel de autoestima. En la actualidad, es en Internet donde hay más información a disposición de los usuarios; basta dar un clic para que aparezcan cientos de archivos, bibliotecas o bases de datos de diversos temas, lo que permite que el adulto mayor se mantenga informado, actualizado y forme parte de una sociedad en constante evolución sin sentirse marginado.

Uno de los mayores beneficios que los usos de la computadora proporciona al adulto mayor es que lo ayuda a superar el miedo a la soledad y al aislamiento de sus familiares. En el ciberespacio aumenta su posibilidad de interactuar y su autonomía personal y social. Por estas razones, en Internet se han creado espacios especiales para este grupo de edad con la finalidad de desarrollar las relaciones interpersonales y el contacto con su entorno. También fomenta las relaciones intergeneracionales, pues el anciano descubre intereses comunes con sus familiares más jóvenes, permitiéndole pasar con ellos muchos ratos agradables.

¿Para qué usa una computadora el adulto mayor?

Las razones por las que los adultos mayores aprenden el uso de la computadora son diversas, como adquirir nuevos conocimientos y elevar la autoestima; otras responden a necesidades más concretas, como prepararse para ayudar a sus hijos o nietos en sus estudios, conseguir un nuevo empleo o mantenerse en el actual. Una vez que dominan una computadora, la utilizan como herramienta de cálculo, escritura, comunicación, información de interés, aprendizaje continuo, entretenimiento. Además, a menudo visitan sitios de charla para encontrar nuevos amigos o intercambiar información sobre sus pasatiempos.

Barreras por romper

Mientras experimentan la disminución de sus relaciones sociales y la pérdida de movilidad física durante el envejecimiento, muchos ancianos sienten que son incapaces de aprender a usar las computadoras y la Internet. Como nunca han estado expuestos a estas nuevas tecnologías, ni idea tienen que les ayudarán en la ampliación de su red social. A veces creen que su uso nada les aportará de novedoso a sus rutinas; por ejemplo, piensan que no hay quien reciba sus correos electrónicos o no saben a quién preguntar sobre cuestiones técnicas. Otra de las desventajas del uso de las TIC es que aún son económicamente inaccesibles para este grupo de edad debido a sus escasos ingresos, pues en muchos casos dependen de las pensiones de jubilación o de aportaciones que les dan sus familiares. Los adultos mayores también afrontan numerosas restricciones físicas y mentales, algunas de ellas relacionadas con la edad, como la disminución de la capacidad visual, la pérdida de la memoria de corto plazo o el número creciente de enfermedades crónico-degenerativas, como la artritis. Estos padecimientos propios de la edad plantean todavía más obstáculos a vencer en el proceso de aprender y dominar las TIC. Aunado a esto, con frecuencia experimentan niveles más altos de ansiedad y tienen actitudes menos favorables que la gente más joven debido a sus niveles más altos de ácidos sin grasas, indicadores de la respuesta metabólica del cuerpo humano al estrés.

Algunas actividades con los dispositivos de entrada como el ratón causan dificultades a los adultos mayores, como las simples acciones de arrastrarlo, hacer clic o doble clic o mover objetos. El diseño poco amigable de las pantallas, los programas o las páginas de Internet, así como el tamaño pequeño de la fuente, el uso de menús desplegables o un fondo pobre en color los confunde o frustra. Incluso hay impedimentos culturales lingüísticos relacionados con la terminología de las computadoras. Como se aprecia, todos estos obstáculos se centran en la accesibilidad estructural y limitan a numerosos ancianos en el manejo de las computadoras y la Internet.

A pesar de todo…

… hay solución. Muchas de las inconveniencias, restricciones, molestias o discapacidades no son impedimentos para usar la computadora o la Internet. Existen en la actualidad diversas maneras de resolverlos gracias a que la tecnología se ha vuelto más amigable, flexible y fácil de operar. Para su manipulación, lo único que se exige a los usuarios novatos, incluidas las personas de la tercera edad, son conocimientos técnicos básicos. Un ejemplo son los recursos de accesibilidad incluidos en el sistema operativo Windows, uno de los más utilizados en el mundo. Mediante estos recursos se puede mejorar la accesibilidad para usuarios con discapacidades leves, ya sea motoras, auditivas o visuales, sin necesidad de software o hardware adicionales. Con sólo agregar una interfaz especial de entrada y salida a la computadora, quienes padecen deficiencia motora diseñan y escriben cartas o informes de acuerdo con las características de su problema. Así, una persona tetrapléjica se comunica con la computadora a través del lenguaje, con los movimientos de su cabeza y usando un casco especial; de igual forma puede emplear el ratón.

La salida de información en la computadora es la mayor dificultad que enfrentan las personas con deficiencia visual. Para solucionar este problema hay mecanismos que conectan sistemas alternativos al monitor y permiten así la sustitución de imágenes por sonidos, o una línea en la modalidad Braille (táctil, de forma que se compruebe lo que se escribe). Las impresoras Braille hacen posible que la persona con déficit visual verifique tanto lo que captura en la computadora como el resultado de su trabajo. Alguien con discapacidad auditiva usa la computadora tan bien o tan mal como cualquier otra persona, pues el elemento más utilizado para recibir la información es la pantalla, y por tanto no necesita adaptaciones especiales. Las personas mayores trabajan con ella sin problemas; en caso de recibir mensajes sonoros, se sustituyen con señales visuales.

Con relación al aspecto económico, no es necesario comprar una computadora para ser usuario, pues en la actualidad hay diversas opciones, como los negocios de Internet o las instituciones que ofrecen este servicio gratuitamente a los adultos mayores; ejemplo de esto en México es el Instituto Nacional para el Adulto Mayor (INAPAM). En fin, la definición de usuarios adultos mayores de las TIC, así como la interpretación de sus necesidades y demandas, están caracterizadas por prejuicios, métodos insuficientes y reflexiones mal desarrolladas sobre las perspectivas del envejecimiento y de la tecnología. Entre otras creencias, existe la idea de que los adultos mayores tienen dificultad para manejar este tipo de herramientas o genera en ellos adicción. No obstante, también se espera que pronto haya resultados positivos y el panorama cambie, ya que hay un gran interés entre los productores, investigadores, diseñadores, proveedores y otros actores involucrados sobre el uso de la tecnología para el adulto mayor. Dos factores claves para ello son la necesidad de cooperación entre diferentes actores y la adopción de enfoques multidisciplinarios en la investigación sobre el envejecimiento y la tecnología. El uso creciente de las computadoras y de la Internet ha transformado profundamente las vidas de los adultos mayores en cuanto a su salud y posibilidades de entretenimiento, entre otras cosas. El conocimiento de la informática no sólo compensa la disminución de las capacidades físicas y mentales relacionadas con la edad, también desempeña un papel importante en la prolongación de la vida independiente y el mejoramiento de la calidad de vida.

Gran parte de los adultos mayores de hoy poseen niveles de escolaridad medios o bajos, no tienen contacto con la tecnología informática o su posibilidad de acceso es mínima por sus altos costos. Por todo lo anterior, se deben diseñar estrategias que permitan acercar al adulto mayor al uso de las computadoras y de la Internet. Dentro de veinte o treinta años, las circunstancias que rijan el uso de la computadora por el adulto mayor serán completamente diferentes, pues muchos de nosotros perteneceremos a este grupo de edad y por diversas razones hemos aprendido el uso de una. Ahora nuestros esfuerzos se deben centrar en crear las condiciones necesarias para que la informática sea un recurso accesible y fácil de manejar por el adulto mayor, el de hoy y el de mañana. La Internet ofrece enormes posibilidades para los adultos mayores, pero lamentablemente supone un reto si lo que se pretende es su acceso. El derecho de todos los ciudadanos sin excepción a la información y a la comunicación nos hace compartir la idea de que el acceso pleno de las personas adultas mayores a la sociedad de la información y a las nuevas tecnologías debe tener como finalidad favorecer su integración social y mejorar su calidad de vida, al ser una de las formas definitivas que derribe las barreras con las que diariamente se enfrentan.


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