Es el momento ideal para tejer ¿te animas? Tejer es una actividad que puedes practicar en cualquier sitio, acomodado en tu sofá favorito o disfrutando de esos rayos de sol mañaneros en un placentero banco de un parque de tu ciudad. También puedes tejer en el vagón de metro, en la parada mientras esperas el autobús, escuchando la radio…
¿Quieres más ideas? Puedes apuntarte a tejer en grupo acompañado de tus amigos, pasarás una tarde entrañable y fortalecerás tu empatía, además de favorecer el sentimiento de pertenencia a un grupo y aprender a trabajar en equipo.
Tejer beneficia a nuestra salud física y mental
Tejer es una actividad beneficiosa tanto para nuestra salud física como mental porque ayuda a disminuir la frecuencia cardíaca, la tensión muscular y la presión arterial.
Esta actividad, además, nos obliga a pensar continuamente; empezando por el tipo de lana que vamos a usar, la labor que haremos, las agujas que necesitaremos,los patrones que seguiremos…
Puntos y vueltas se convierten en aliados de nuestra salud. Porque tejer estimula las conexiones neuronales y ayuda a mantenerlas activas a medida que envejecemos. Y este hecho es vital para ayudar a retrasar la aparición de problemas cognoscitivos como es el caso de la demencia
La acción de tejer supone un complejo proceso neurológico, no es una simple repetición de movimientos con las manos. Cuando estamos tejiendo ponemos en funcionamiento el área motora del cerebro, la sensitiva, la visual, la auditiva y la del lenguaje.
Durante la práctica, nuestras manos y brazos están en continuo movimiento, palpamos la textura de los ovillos, disfrutamos con los colores que usamos, escuchamos las indicaciones del que nos enseña si estamos aprendiendo y a su vez las podemos transmitir a otros. Además, ponemos en acción la parte del cerebro encargada de planificar e imaginar.
¿Tejer, qué te aporta exactamente?
Si aún estáis indecisos, o si necesitáis algún dato más antes de coger lana y agujas, atentos:
Con la repetición de puntos se consigue lo que se llama “respuesta de relajación”,es decir, que al repetir los puntos una y otra vez se produce un efecto de relajación en nuestro organismo similar al conseguido con la práctica del yoga.
Tejer puede ser esa balsa de aceite que necesitas para conseguir la calma, convirtiéndose en tu gran aliado para evadirte de los problemas cotidianos ya que te involucras tanto en la actividad, que terminas aislándote de los problemas. Es una actividad que estimula a tu cerebro, ayudándote a relajarte y a disminuir el estrés.
Te ayudará a mejorar el ánimo y la alegría, ya que facilita el buen humor. Conseguirás reducir las hormonas del estrés y al mismo tiempo aumentar los neurotransmisores de la felicidad, como la serotonina.
Tejer favorece la capacidad de concentración, por lo que puede ser una auténtica terapia para aquellos que sufren de déficit de atención.
Ayuda a sentirse bien con uno mismo y a aumentar la autoestima, ya que con nuestras propias manos estamos creando una prenda. Afianza la confianza en uno mismo y nos ayuda a esforzarnos y a cultivar la paciencia.
Nos enseña a luchar por alcanzar nuestros objetivos y no desanimarnos aunque fracasemos en el primer intento. Porque cuando estás aprendiendo a tejer puede que tengas que deshacer la labor y volver a empezar de cero. Una experiencia que podrás aplicar a tu vida.
Tejer fomenta la comunicación entre generaciones, ya que son nuestros mayores los mejores expertos y los que conocen los trucos de esa actividad. Escuchar sus consejos es esencial para mejorar y aprender.
Cuéntame, ¿a que ahora sí te animas a tejer? Por lo menos, pruébalo, seguro que te engancha.