Bajar la presión arterial más de lo que se suele recomendar no solo previene los problemas cardíacos sino que reduce el riesgo de deterioro mental que suele conducir al mal del Alzheimer, de acuerdo con un importante estudio.
Por primera vez se demuestra claramente que una sola medida ayuda a prevenir un mal temido que lleva a la gente a resolver crucigramas, consumir suplementos dietéticos e intentar toda clase de cosas con tal de mantener la agudeza mental.
En el estudio, la gente con un tratamiento que reducía la presión a 120 en lugar de 140 mostraban un 19% menos de probabilidades de sufrir un deterioro cognoscitivo leve. También mostraban menos señales de daños en el cerebro y existía una posible tendencia hacia menos casos de demencia.
“Es un gran avance”, dijo el doctor Jeff Williamson, del centro médico Wake Forest Baptist en Carolina del Norte. “Es más importante que nunca consultar con el médico para mantener la presión arterial bajo control”.
Williamson dirigió el estudio y presentó los resultados el miércoles en la conferencia internacional de la Asociación de Alzheimer en Chicago. La publicación está prevista para los próximos meses.
“Desde hace mucho tiempo sabemos que la hipertensión es dañina para el corazón. Ahora sabemos que es dañina para el cerebro”, dijo James Hendrix, director de iniciativas científicas globales en la Asociación de Alzheimer.
Unas 50 millones de personas en el mundo padecen demencia, cuyo tipo más común es el mal de Alzheimer. No existe cura -medicamentos como Aricept y Namenda solo son paliativos- de manera que la prevención es crucial.
Se considera que hay hipertensión cuando la presión alta supera el 130, en lugar del 140 como se decía hasta el año pasado. La presión normal es inferior a 120.
La hipertensión puede dañar los vasos sanguíneos y desde hace mucho tiempo se la vinculaba con un riesgo mayor de demencia. Pero no se sabía si bajar la presión reduciría ese riesgo o en qué medida. El estudio, realizado con fondos federales, buscaba responder a esto de la manera más rigurosa.
En el estudio participaron más de 9.300 personas hipertensas. A la mitad se la trató con dos medicamentos para reducirle la presión alta a menos de 140. El resto recibió tres drogas, apuntando a 120.
Se detuvo el estudio en 2015, casi con dos años de anticipación, cuando resultó claro que bajar la presión ayudaba a prevenir los problemas cardíacos y la muerte. Pero las pruebas cognoscitivas continuaron durante dos años más, y éstos fueron los resultados dados a conocer el miércoles.
Los investigadores hallaron que el riesgo de sufrir deterioro cognoscitivo leve era 19% menor en el grupo sometido a tratamiento intensivo: 285 casos comparado con 348 en el grupo de hipertensos. La mitad de las personas con deterioro cognoscitivo leve sufrirán demencia en los cinco años siguientes.